Las hojas se confunden
con
balcón y baranda
al
borde del vacío
desatando
tormentas.
Observador
el lente,
que
permite el milagro
en
medio de un relámpago
con
sabor a verano.
Cálida
brisa abraza
la
piel del ermitaño
con
su energía despeina
las
mechas, las antenas,
los
pájaros se esconden
y
el cielo afina cuerda
fonética
de trueno,
Cánticum…
Ditirambo.
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