Y me tumbé en el verde
con
techo azul de cielos,
coníferas
cortina que
amparó
perspectivas.
Fue
parsimonia, deleite
pues
traspasando universos
mil
galerías de hormigas
yacían
bajo mi espalda.
Lo
que aún me conmueve
es
que sigo sintiendo
más, ya hace siete días
del
singular suceso
que
vinculó mi mundo
con
el de la mañana,
en
que flores silvestres
nacieron
de mi oreja
y
cabellos tan verdes
brotaron
de la tierra.
J.A.G.G.Wiesbaden
ALEMANIA
(23-04-04)
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